El suelo es de textura arenosa, modernos, correspondientes a dunas costeras colonizadas por vegetales. Cultivar el viñedo en estas condiciones fue un gran desafío, ya que tuvimos que superar limitantes como la escasa disponibilidad de nutrientes de la dunas, la poca retención de agua y la alta susceptibilidad a la erosión, entre otros factores potencialmente dañinos como los vientos intensos y la gran población de aves frutícolas de la zona, para afrontarlos las dificultades tomamos medidas como plantar directamente, sin realizar laboreo de suelos, como forma de no perturbar una estructura tan frágil, colocar una cama de tierra fértil donde se ubicaría cada planta, de manera de darle condiciones de fertilidad apropiada para superar la etapa juvenil, así como diseñar un sistema de conducción de la vegetación bajo que pueda soportar los intensos vientos que genera la proximidad al océano, y cubrir el viñedo con una malla protectora para evitar el daño de aves, siendo el primer viñedo en el país con esta tecnología. El resultado valió la pena, los vinos son concentrados, frutales, equilibrados y con gran aptitud de guarda.