El agua acumulada en el suelo durante el invierno fue suficiente para un buen comienzo del ciclo vegetativo. El régimen pluviométrico y las temperaturas del aire fueron normales durante la primavera, no obstante en enero prácticamente no llovió (3mm), y la demanda atmosférica fue muy alta, lo que determinó un estrés hídrico moderado al comienzo de la maduración. Este escenario favoreció la acumulación de azúcares y la síntesis de polifenoles. El mes de febrero se caracterizó por un régimen normal de precipitaciones, pero distribuidas en pequeñas lluvias que mantuvieron el estatus hídrico del cultivo, sin causar efectos de dilución. A fines de marzo las lluvias fueron importantes, duplicando el promedio de los últimos 20 años. La cosecha se anticipó cinco días respecto a lo habitual comenzando con Pinot Noir el 1 de febrero y terminando el 22 de marzo con el Tannat destinado a Familia Deicas Cru d´Exception. Se trata de una cosecha normal con muy buenos resultados en general destacándose la madurez lograda en Viognier, Cabernet Franc, Merlot y Tannat.